jueves, 13 de agosto de 2009

CORRUPCION Y NEGLIGENCIA EN LA UNIVERSIDAD MICHOACANA

La palabra andante
Universidad, ABC y transparencia
Leopoldo Chassin Ramírez
Domingo 9 de Agosto de 2009

Al igual que la tragedia que se dio en una guardería ABC del Instituto Mexicano del Seguro Social, se pudiera dar en un recinto universitario, pues existen algunos centros habitados por decenas de moradores y en otros por cientos de ellos.

Las condiciones deplorables en las que se encuentran las casas de estudiante: hacinamiento, la precariedad alimenticia, la insalubridad, los baños, las cocinas, bibliotecas, pueden acarrear desgracias como las que se dieron en la guardería ABC.

Sin duda, la responsabilidad recaería en las autoridades universitarias, pues son espacios propiedad de la misma Universidad y en otros, son recintos alquilados para dar albergue a estudiantes. Ante un siniestro, no cabría el argumento de la falta de recursos, pues en el caso de pérdida de vidas o desastres previsibles, la responsabilidad recaerá sobre la autoridad.

A propósito de la fiebre porcina-humana o virus de influenza que atacó a algunos moradores de una casa de estudiante, se declaró una emergencia sanitaria, que por fortuna duró poco tiempo y no hubo víctimas mortales. De haber sido el fenómeno más cruel como se predice será a final de año, los resultados serían muy otros. Al ver lo que está pasando en Argentina y los países que ahora están en pleno invierno, deberíamos poner las barbas a remojar.

Las instalaciones eléctricas, sanitarias, de gas, en las casas de estudiante están lejos de poder ser avaladas por peritos de los ramos correspondientes.

Recordemos el desenlace que tuvo el incendio en una Escuela Normal para maestros debido a instalaciones incorrectas y el hacinamiento.

La Universidad está obligada a prevenir las posibles tragedias producto de la mala instalación de gas y electricidad.

De la alimentación chatarra que se les dota a las casas de estudiante hablaré en otra ocasión.



La transparencia



La falta de transparencia en la Universidad Michoacana en diferentes rubros, fundamentalmente en lo referente en los dineros, permite una cadena de irregularidades y posibles desvíos, así, en la prensa uno se entera del presupuesto que maneja la Universidad, el monto de las aportaciones federales y estatales, a partir de ahí, los universitarios y los interesados en conocer el destino de su impuestos no podemos saber en qué se gasta peso a peso.

En la página electrónica de la Universidad se observa que existe una liga que lo conduce a “Acceso a la información pública”, ahí aparecen diferentes rubros:

• Presupuesto, en la que el dato más reciente es de 2006.

• Artículos de interés, apareciendo el documento que establece el derecho a la información de 2008.

• Gastos de operación, la información que ahí aparece data de 2006.

• Tabulador mensual por puesto, el tabulador es de 2008, sin más explicación sobre compensaciones, gastos de vehículo, celulares... y si el sueldo incluye su salario como docente...

Esto es lo relevante que aparece en Información Pública, lo que muestra que la transparencia que se da en el sitio no es tal, es extemporánea e incompleta para poder hacer un juicio sobre los destinos de los dineros.

La transparencia es algo que pone en tela de juicio a las autoridades universitarias, pues no hay datos sobre:

• El monto de las aportaciones estatal y federal

• Presupuesto para cada una de las escuelas, facultades e institutos

• Presupuesto para cada una de las casas de estudiante

• Gasto en renta de infinidad de inmuebles que sirven a la Universidad

• Ingresos propios



Muchas más de las cuestiones que implican la transparencia, como el conocer en qué gasta cada facultad, instituto, escuela, el costo por alumno, mantenimiento...

Los contribuyentes y universitarios debemos estar debidamente informados del uso de los recursos de la Universidad.



Acreditación



Es necesario que la Universidad Michoacana sea acreditada primero por su comunidad y por la sociedad, ella es la que debe dar el veredicto si su desempeño equivale al esfuerzo de los contribuyentes; las acreditaciones dadas por organismos privados conllevan el sesgo de su origen, es decir privilegian el beneficio propio y el utilitarismo a la iniciativa privada.

¿Los organismos acreditadores en alguna de sus evaluaciones incluyen el impacto de las universidades en la pobreza, la solución de los problemas de los que más necesitan del conocimiento? ¡No!

Los parámetros de calidad que se manejan en las acreditaciones se rigen primeramente por los beneficios a la iniciativa privada, nacen del Tratado de Libre Comercio y la tendencia a uniformar el tipo de educación que privilegia a unos cuantos. ¿Alguien por ahí puede sustentar lo contrario?

La inequidad es un lastre que en nada predice nada bueno para el futuro del país. ¿Qué hacemos los universitarios por terminar con el flagelo?

Colectivo Utopía de La otra campaña

Correo: chassin@umich.mx

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